El fisioterapeuta, pieza clave del Waterpolo Echeyde, ha dedicado parte de su vida al club como jugador, tesorero y sus dos nuevas funciones: secretario y delegado

Eduardo Capote no es una cara visible del Waterpolo Tenerife Echeyde, pero su papel ha sido fundamental en el club durante esta última década. Primero como boya del conjunto tinerfeño desde los 23 años, después como tesorero del club en la directiva y, ahora, con dos nuevas funciones que, según reconoce, le ilusionan: secretario y delegado de la plantilla. “El equipo está enchufado y físicamente es un avión, así que las aspiraciones deben ser las máximas”, asegura.

Problemas de respiración, de rodilla y un padre traumatólogo y ex nadador hicieron que Capote se lanzara a las piscinas del Real Club Náutico de Tenerife, su primer contacto con el deporte acuático cuando era un niño. Sin embargo, el waterpolo llegó a su vida para quedarse. “Comencé a los 13 años por unos amigos que montaron un equipo y, desde ese momento, me enamoré y lo combiné con la natación”, cuenta el tinerfeño, quien finalmente se decantó por la pelota amarilla como su particular vía de escape.

Desde entonces, Capote pasó a integrar la directiva del combinado chicharrero y en la temporada 2004-2005 se calza el bañador del Echeyde para jugar durante 10 años en Segunda, subir a Primera ya como capitán, y vivir un ascenso a División de Honor en 2013, que no se pudo materializar por la crisis económica: “Me desligué hace unos años y he vuelto porque el presidente me pidió que ayudara como vínculo entre la directiva y los jugadores”.

Capote durante su etapa de jugador en el Waterpolo Tenerife Echeyde. Foto: Diario de Avisos

“Tengo muchas ganas porque se me ha presentado la oportunidad de estar en el banquillo”

Su función, por tanto, abarca desde ser un solucionador de problemas, a gestionar viajes, calendarios, así como ayudar a la adaptación de los nuevos fichajes. “Tengo muchas ganas y estoy ilusionado porque se me ha presentado la oportunidad de estar en el banquillo durante los partidos ayudando a Albert y Fermín”, explica Capote. Con todo, el equipo se aprovechará de su experiencia para ser el ojo clínico en cambios, tiempos muertos y a la hora de analizar el rival.

Esta nueva labor tendrá que compaginarla con su actual trabajo: fisioterapeuta en el centro Masser, situado en la capital tinerfeña. Desde su clínica siempre ha apoyado al club con precios reducidos o, incluso, tratando a jugadores de manera particular por algún problema específico. “El club tiene ya una fisioterapeuta que se encarga de tratarlos, descargarlos y liberar tensión en el día a día, pero el centro y yo colaboramos si es necesario”, afirma.

Por otro lado, Capote mira la nueva temporada desde una nueva perspectiva, debido a la gran apuesta hecha por el Echeyde y el cambio sustancial que, tal y como señala, se aprecia con respecto al año pasado. “La convivencia es inmejorable y todos están enchufados e invirtiendo todas sus ganas”, remarca el fisioterapeuta, quien hace mención especial al presidente David Rivas, como arquitecto de esta reinvención ambiciosa, y a Albert Español, como capitán de un barco que quiere llegar a buen puerto.

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